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Miguel Ángel Lorente Alarcón

Autor(es):
José Pedro Salgado Hernández.
Un general de las Fuerza Armadas Revolucionarias.

133.jpgNació el 27 de mayo de 1937 en un pequeño barrio llamado Coboa perteneciente hoy a Yara, pueblo éste al que lo han unido lazos inquebrantables, por su rica historia y las bellezas de su entorno, en el que no escapan de su memoria, como rasgos identitarios el río con el alma de Hatuey, la iglesia y el puente de hierro construido en 1909 por donde pasa el tren hacia Manzanillo. Desde allí en su infancia podía avizorar la sierra hermosa, verde y rebelde.

Desciende de una familia humilde, por la que corre la sangre de su bisabuelo el General de División mambí, Juan Lorente de la Rosa, quien se levantó en armas en 1874 bajo las órdenes de Donato Mármol, participó en la Guerra Chiquita y fue invasor junto a Maceo en la Guerra de 1895. Lleva puesto con orgullo los apellidos de sus abuelos maternos, al ser abandonada su mamá, él y su hermano, por su padre, quien solo vio dos veces a la edad de 12 años.

Al quedar solos con la madre se radican en Manzanillo, realizando estudios hasta el cuarto grado, abandonándolo a los 14 años para trabajar en la construcción y reparación de patanas con su tío para ayudar económicamente a su mamá. Sus relaciones sociales se amplían al llegar a la ciudad del golfo y a esa misma edad ingresa en la juventud del Partido Socialista Popular, comenzando a conspirar después de los sucesos del Moncada.

Por sus actividades revolucionarias en Manzanillo, es sorprendido y detenido por los sicarios masferrerista, los que al liberarlo por la presión popular y familiar, lo obligan a abandonar la ciudad.

Es de esta manera junto a otros amigos, en el mes de noviembre de 1957 parte para incorporarse al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra; objetivo que logró al ser recibido en el Frente # 1 José Martí. Pronto realizaría importante acciones como la recogida de las armas que llegaron en el avión que aterrizó en Cieneguilla, en el que venían Hubert Matos, Pedro Miret, Díaz Lanz y Raúl Chibás. Algunos de ellos torcieron sus ideales y traicionarían más tarde a la Revolución.

Ya en la sierra participó en varios combates como el de San Ramón, Las Vegas de Jibacoa, el Pozón y Las mercedes, al culminar esta acción el Che lo asciende a teniente. A fines de agosto de 1958 es incorporado a la Columna # 8 Ciro Redondo al mando de Ernesto Guevara de la Serna con solo 21 años de edad. La marcha hacia occidente fue sumamente difícil, al punto que después de escapar de una emboscada en un poblado llamado Cuatro Compañeros perdió junto a otros compañeros el contacto con su columna.

Aislados, solo recordaba que el Che les había dicho: "Aunque quede uno solo con vida debe llegar y cumplir la misión". Tiempo después se incorporarían él y sus compañeros dispersos a la columna # 2 Antonio Maceo comandada por Camilo Cienfuegos. Cuando contactó nuevamente con el Che, le pidió autorización para continuar la invasión en la columna de Camilo, petición que le fue aceptada. Es así que está presente en la Batalla de Yaguajay que duró 11 días y entró a La Habana con los que tomaron a Columbia.

En febrero de 1959, al Camilo imponerle los grados de capitán, le estimuló para cumplir tareas importantes y difíciles como enfrentar la lucha contra bandidos en el territorio oriental, y en 1961 como alumno de la Escuela de Cadetes de Managua, enfrentó a la invasión mercenaria a Playa Girón, como jefe del batallón 303 de las milicias. Desde los primeros momentos del triunfo revolucionario se fascinó con los tanques de guerra, con los que estuvo ligado gran parte de su vida militar, en los que alcanzó los ascensos de comandante,  primer comandante y coronel.

En la medida que avanzaba la Revolución se fue fogueando como militar y cumple importantes misiones internacionalistas a partir de mayo de 1977 en Etiopía donde enfrentó a la invasión de Somalia que lanzó contra este territorio sus tropas élites. De regreso a la patria vuelve de nuevo en 1980 a cumplir otra misión en la que es nombrado jefe de la Misión Militar en Etiopía; en diciembre de ese año con la presencia del comandante en jefe, le imponen el grado de general de brigada.

No permaneció mucho tiempo en Cuba, y en marzo de 1988 el general Polo le ordenó presentarse al mando superior y con la presencia del comandante en jefe se discutió la situación del frente sur en Angola, especialmente en Cuito Cuanavale, allí se le informó que partiría al frente de la agrupación que reforzaría esa zona en la RPA. Lorente tuvo participación activa en la Batalla decisiva de Angola.

Ya en la patria, se decidió que pasara a la reserva en el año 1988 y con un gran número de medallas y distinciones, decidió dejar plasmadas sus memorias en el libro titulado Luces del Guacanayabo. Este los dedicó a sus hermanos manzanilleros y yareros. 



Publicado: miércoles 05 de mayo del 2021.
Última modificación: miércoles 05 de mayo del 2021.