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El poemario Ruta

Autor(es):
Laudelina Pérez Puebla.
Lorgio Ángel González Dalmau.
Única publicación de Yara en el período neocolonial.

Augusto Matos Aguilera, figura que destacó en el campo de la educación y la cultura, dentro de esta última rama, muy particular en la poesía. A partir del 5 de Abril de 1981 por medio de una transferencia entró en las colecciones del museo su libro de poemas Ruta, con prólogo de Manuel Navarro Luna y dedicatoria a Santiago Ares donde el autor se expresa con muestras de afecto y agradecimiento en fecha 16 de octubre de 1939.

Durante el período neocolonial se mantuvo el abandono al desarrollo cultural del territorio, predominando las características que se habían manifestado durante la colonia. Esto se debió a factores fundamentales: precaria situación socioeconómica y ausencia de verdadera independencia. Ello trae consigo que no se abran posibilidades para el desarrollo espiritual y creador del pueblo; los gobiernos de la República Neocolonial no se preocupaban por el desarrollo de la cultura, abandono que unido a la posición geográfica influyen de forma negativa en la formación de una intelectualidad capaz de promover y desarrollar la cultura en todas sus manifestaciones.
 
No obstante, en Yara, dentro de la literatura se destaca el poeta Augusto Matos Aguilera, del poblado de Veguitas. De cuna pequeño burguesa, autodidacta, con influencia del vanguardismo, quien en 1939 publicó el libro de poemas Ruta, texto en el que se aprecian  sentimientos humanos, antirracistas y antimperialistas. 
 
Augusto Matos Aguilera nació en Veguitas en la primera década del siglo XX, el 17 de Junio de 1909; procedía de una familia de comerciantes, en esta línea laboraron sus padres, tíos y hermanos, desde muy joven trabajó en una farmacia, fue contador de las tiendas "La  Moda" y  "La Cayama", cursó estudios de taquígrafo en La Habana, fue también tenedor de libros y sobre todo un gran maestro autodidacta que no se preparó como tal; sin embargo, en 1933 fundó la academia José Martí en Veguitas donde formó a los jóvenes para que cursaran estudios superiores en el instituto y la escuela normal para maestros de Manzanillo, cobraba por la enseñanza 25 centavos y sí algún joven no podía pagar, él le impartía clases gratis.
 
Durante su vida incursionó no solo en la educación, sino también en la poesía y la música por su fértil talento. Resultó ser un hombre alegre, emprendedor, promotor de la cultura y la educación, alegraba el pueblo Veguitero con su guitarra, participaba en serenatas, descargas y tertulias con el  trío "Los Matos", integrado por él y dos hermanos. Escribió mucha poesía, las que recoge el libro Ruta, y otras que aún conserva su familia en manuscritos, algo muy significativo lo constituye el poema "Las cinco vocales de mi niña"; publicada en un libro de texto de primaria en Chile; otras han sido musicalizadas por el instructor de arte Hugo Morales Socarrás en su proyecto «La fuente inagotable». Matos Aguilera muere en su poblado natal el 27 de junio de 1996, dejando profundas influencias en sus hijos y nietos que cultivan la poesía y la música.
 
Adentrándonos en su libro
 
124.jpgRuta: vía, camino, itinerario por donde transita el hombre hacia un destino.
 
El libro Ruta de Agustín Matos Aguilera, impreso en la editorial El Arte de Manzanillo en 1939, es la única muestra impresa de creadores de nuestro municipio encontrado hasta el momento en la etapa neocolonial. En el prólogo de la obra, el eminente poeta manzanillero Manuel Navarro Luna reflexiona acerca del poeta y los poemas. En los juicios que nos ofrece el prologuista, destaca su valoración acerca de la amplitud religiosa que asume Matos Aguilera en sus poemas, destacando la pureza de las intenciones del poeta por encima de la hipocresía religiosa de la época. Una muestra de lo anterior expuesto es su poema "Pascuas de 1938", donde aparecen versos como los siguientes:
 
La conciencia grita, la razón anuncia:
¡Que no son cristianos los del alma tan sucia!
Que sí, que celebren con torpe cinismo
Borrachos de alcoholes, borrachos de hieles,
la sagrada pascua, fe de cristianismo;
Pero que del Cristo ya no quedan fieles.
 
Aquí demuestra la búsqueda de una verdadera religión que encarne el amor de Cristo y deseche los formalismos de la burguesía de la época. Otros poemas del libro mantienen esta línea en búsqueda de la redención del hombre cotidiano como: "Canto a los reyes magos". El libro se inscribe dentro de la órbita modernista, tendencia estética que tuvo su esplendor a finales del siglo XIX y principios del XX, lo que hace que esta publicación se encuentre distante del tiempo de la concepción estética que asume. Esta extemporaneidad se explica, a pesar de la cultura del autor, por su aislamiento de carácter provinciano. Ya en 1939 se habían sobrepasado en Cuba los influjos vanguardistas y la poesía se acercaba a la estética que luego sustentaría la estética del grupo "Orígenes". Esto explica las razones por lo que el libro Ruta no trascendiera más allá del pequeño terruño.
 
Quisiéramos detenernos y hacer una reflexión a lo que estilos y tendencias se refiere para hacer cierta salvedad a lo antes expuesto.
 
El modernismo abarcó los finales del siglo XIX y principios del XX (1914); el post-modernismo, por su parte, cubre el último decenio de la segunda década del siglo vigésimo, mientras los vanguardistas abarcan la década de 1920.
 
La obra se edita en 1939, ya para esa época había tenido auge la poesía social del 28 al 33, donde figuran Regino Pedroso, Manuel Navarro Luna, Nicolás Guillén, Rubén Martínez Villena, entre otros. En el libro Ruta aparece un poema negrista "Canto al hermano negro", y por ejemplo en 1930 Guillén, creador de esa nueva modalidad en la poética cubana (la poesía negra), que interpreta el alma y las costumbres de ese grupo étnico, lleva publicado con gran éxito más de un tomos de versos: Motivos de Son, Songoro cosongo y Son entero.
 
Se había escrito además la poesía pura y en 1928 el propio Navarro Luna había publicado Surco, título considerado por la crítica como el primer ejemplar de la vanguardia en Cuba. Navarro Luna se refiere en el prólogo a que estos poemas pueden tener, en lo formal, muchos defectos; también pueden tener en algún momento direcciones extrañas, y hasta lejanas de la real angustia de nuestros días. Pero el sentimiento fraternal, conmovido y trémulo que los levanta, tiene que ganarse la mejor simpatía -más adelante expresa-, no hay poetas viejos, ni poetas nuevos, no hay poetas de izquierda, ni poetas de derecha, hay eso sí, poetas buenos y poetas malos, Matos Aguilera viene del cauce modernista, el modernismo, se dice, tuvo su momento. Pero aún pueden hacerse, dentro de sus moldes buenos poemas. Y no serán modernistas, ni vanguardistas, sino buenos poemas. Yo creo que este libro de Matos Aguilera, si salvamos pequeñas diferencias que son disculpables en toda obra primeriza, puede encontrase alguno.
 
Al referirse el prologuista al autor cita: "[...] hombre de madura conciencia religiosa, su diaria actividad moral, en aguda correspondencia con su vocación lírica, le va construyendo en ese ambiente, como cualquier otro, su destino poético. Porque no es que Matos Aguilera sea poeta, solamente, porque escribe versos. Lo es, en primer término, porque tiene raíces y sustancias humanas para serlo, las cuales pueden tocarse en sus poemas". En fin, el libro Ruta que consta del prólogo y tres jornadas que abarcan 28 poemas, no ha sido más que el único texto que atesora el terruño en la etapa neocolonial que no ha trascendido desde su primera y única publicación en 1939 dado a la luz pública por la editorial El Arte de Manzanillo.
 
Por lo dicho, el libro Ruta constituye una reliquia histórica y literaria para el territorio; fiel exponente que se atesora en los fondos del museo municipal, por cuanto fue la única obra que se publicó en el período republicano (1939), inspiración de Augusto Matos Aguilera, abanderado de la cultura local.   


Publicado: martes 04 de mayo del 2021.
Última modificación: miércoles 05 de mayo del 2021.