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Mitos y supersticiones en Yara

Autor(es):
Dianet Puebla Lastre.
Del exhuberante imaginario popular.

"La infancia gusta de oír la historia, la juventud de hacerla y la vejez de contarla".
                                                                                                         José de la Luz y Caballero


 

Nuestra mitología, unas veces dominada por el humor, otras por una fantasía artística o por una superstición nociva, se califica como una de las más originales de América Latina. Surgiendo de la imaginación popular, de sus anhelos y sueños o de la superstición y el miedo, los mitos revelan una de las mayores fuerzas de la creación folklórica. Recorriendo nuestros campos hemos encontrado una mitología muy diversa y arraigada sobre todo en el sector más adulto de la población. Las fantasías varían, se desarrollan y embellecen, como prodigios de la fabulación popular constante.

Los mitos son relatos basados en la tradición y en la leyenda, creados para explicar el universo, el origen del mundo, los fenómenos naturales y cualquier cosa para la que no haya una explicación simple. Sin embargo, no todos los mitos tienen por qué tener este propósito explicativo. Igualmente, la mayoría de los mitos están relacionados con una fuerza natural o deidad, pero muchos son simplemente relatos y leyendas que se han ido transmitiendo oralmente de generación en generación.

Un poeta expresó: "Siempre he creído que las leyendas, mitos, tradiciones y fábulas forman parte tan real de la historia de un país, como las proclamas, los tratados o las reformas constitucionales". Y nuestro municipio no está exento de ello.

Entre los mayores mitos del territorio de Yara se encuentran: La Luz de Yara o Bola de candela, La taconúa, Los Ñañigos, La aparecida, Los Coquitos y La Gallina con pollos, entre otros. Están al alcance de las nuevas generaciones, los mitos y las supersticiones que fomentan nuestra identidad y que muchas veces son obviados en los estudios de la historia local, aunque formen parte del patrimonio inmaterial del territorio.

La Luz de Yara 

Se dice que en las noches se puede ver una luz crepuscular que puede variar de tamaño y que sale al paso de los viajeros. Se tiene como inocua y como símbolo de la negación del bravo aborigen Hatuey de abandonar la región en la que fue ejecutado. La leyenda plantea que en el momento de la ejecución brotó de la boca del cacique la luz que ha sido causa de comentarios por siglos.

Otra versión supone que Yara, una india enamorada de Hatuey, que también podía haber sido su esposa, se abrazó a él en el justo momento en que ardía la pira y del cuerpo en llamas de ella brotó la luz que vaga por toda la región. No hay fundamentos científicos de este hecho. Lo que sí es cierto es que ha perdurado por más de quinientos años en la cultura popular y es considerada como la leyenda más antigua de la isla de Cuba.

Esa luz ha trascendido los predios del territorio y aunque muchos la han visto en regiones del centro o el occidente del país prefieren adjudicársela a la leyenda yarense.

Testimonio de La luz de Yara.

Noelia Lluis. Ama de Casa, 84 años.

Yo la vi de niña, tenía como diez años; yo soy de esta zona de Yara y la vi como a las 10:00 de la noche. Salió de atrás de una mata grande de mango que había en el fondo del patio y bajó. Era una luz rojiza, muy grande y después se iba poniendo chiquita, me quedé parada sin moverme y mirando para el piso porque decían que si uno la miraba te perdía y aparecías en otro lugar. A mí no me perdió como a muchos otros, pero en el camino que va para Calambrosio y Jibacoa por allá, siempre salía y la gente esperaba a que amaneciera para poderse orientar porque los perdía en el monte.

La mata de Guanábana

Cuentan que este mito está relacionado con una mata de Guanábana que se encuentra llegando a la esquina este del CDR #1 de la zona 65 de nuestro municipio y se caracteriza por un movimiento ruidoso desde el mismo tronco hasta la punta de sus ramas, como si alguien la estuviera sacudiendo. Los vecinos lo relacionan con el alma de un anciano que siempre admiraba la mata al pasar por allí, y aunque la corten siempre retoña y vuelve a moverse otra vez.


La taconúa

Este es uno de los más antiguos mitos de nuestro pueblo. Cuentan que una mujer alta de cabellos negros, vestida siempre de blanco andaba en tacones altos por las calles de Yara, y al que le salía, si echaba a correr, lo perseguía hasta el final del camino como si sus tacones no le impidieran adquirir tan alta velocidad. No se conoce que le haya hecho daño físico a ninguna persona, pero el susto que propinaba a sus víctimas era imborrable. Esto siempre ocurría hacia la media noche.

Testimonio de  La Taconúa. 

Mario Puebla Pérez, fallecido 2011.

Para mí no había noche oscura, no le tengo miedo a nada, pero si es cierto lo de la taconúa, se sentía desde donde es el parque por toda la avenida B. Masó hasta el final y se perdía. Yo la vi una noche, mi hijo Luisito y yo la sentimos y cuando iba pasando con el taca-taca abrimos la puerta y la vimos iba por la acera de enfrente como a las 10:00 de la noche, era alta, flaca y usaba una manta blanca con tacones finos, parecía una mujer real por eso no tuvimos miedo, pero lo cierto es que más de uno corrió por ella y le caía atrás a la gente. Cuando se oía hablar de la taconúa la gente temblaba. Un día iba Elías el hijo de Margarita Pérez para su casa en bicicleta cerca de las 12:00 de la noche y cuando se dio cuenta que la llevaba atrás siguiéndolo, se embaló en aquella bicicleta y empezó a gritar por todo el camino llamando a la madre para que abriera la puerta. No se sabe como pero aquella mujer con esos tacones corría al ritmo de la bicicleta como si fuera descalza tras él. ¡Que susto se llevó el muchacho!

Los Ñáñigos

Esta leyenda, según cuentan, trata sobre unos hombres de raza negra que se robaban a los niños, los desaparecían y aterraban a los pobladores en nuestros campos y en el mismo pueblo. Dicen que se untaban grasa en todo el cuerpo para que no los pudieran agarrar y que cuando no se podían llevar a un niño se robaban los animales que habían en la casa que rondaban y si los agarraba el sol se convertían en cualquier animal.

Testimonio de Los Nañigos.

Elvira Pérez Lorente, fallecida 2012.

Yo nací en el barrio "El Guatívere" y desde que tengo uso de razón recuerdo que mamá nos decía que no podíamos salir solos de la casa porque en el mes de Diciembre siempre salían los Ñáñigos y se llevaban los niños. Los Ñáñigos, decían que eran unos hombres negros que se robaban los muchachos y se untaban grasa para que no los pudieran agarrar en sus fechorías y escaparse. Yo nunca los vi pero en casa todo el mundo lo decía y cuando se perdía algún animal del patio (puerco, pollo) decían que eran ellos porque cuando no podían llevarse un muchacho se robaban cualquier cosa que encontraran, y en esos días yo tenía tanto miedo que me costaba temprano.

La aparecida

Acerca de esta leyenda fantástica cuentan los abuelos que era una mujer joven muy bonita y elegante que salía en "Los Álamos" (Camino hacia el barrio El Coco) y le pedía a los hombres que la llevaran. Después de un tramo de camino se desaparecía dejando un desagradable olor a sangre. A pesar del avance de la ciencia y la tecnología y los cambios que existen en el mundo, todavía los que pasan por Los Álamos en horas de la madrugada llevan el recelo de que se les aparezca.

Testimonio de  La Aparecida.

Eddy Arredondo Vázquez, fallecido.

Una noche yo iba en bicicleta para El coco, cerca de la madrugada, cuando iba por "Los Álamos", donde está la tarja de Bartolomé Masó vi a una mujer relativamente joven, bonita vestida de blanco, al verme me pide que la lleve y yo, hombre al fin y caballeroso la monto en la parrilla de mi bicicleta y seguimos camino, después de pedalear como 1 Km cuando iba llegando a "Las Casitas" le pregunto que hasta donde quería que la adelantara y al ver que no me respondía vuelvo la cara para peguntarle de nuevo. Oiga cuando yo vi que no había nada en la parrilla, que aquella mujer se había esfumado y yo no paré en ningún momento, por poco me muero del susto, me subió hasta la presión, llegué a la casa con la voz en un hilo pidiendo a gritos que me abrieran. Cuando conté lo sucedido me dijeron que otras personas la habían visto y que acostumbraba a pedir que la llevaran. Mi hijo joven al fin no quería creerme hasta una noche que le pasó a él, creo que llegó peor que yo y dice que jamás en la vida viene solo de noche por ahí.

Supersticiones

Superstición es la creencia en que un determinado fenómeno o situación tiene una explicación mística, mágica o simplemente asumida cultural, social o religiosamente sin ningún tipo de evidencia científica.

Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera no común en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. Las personas supersticiosas piensan que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, influye de manera trascendental en su vida.

Las supersticiones a que nos referiremos a continuación no son privativas de nuestro municipio, pero las traemos a colación en este trabajo por el fuerte arraigo que tienen en la población yarense, tan es así que forman parte de la sabiduría popular.

1. Cuando suena la candela del fogón, es porque anuncia visita.
2. Si colocas una escoba detrás de la puerta, con las cerdas para arriba la visita no deseada se va.
3. Si sales de la casa con el pie izquierdo, tendrás un mal día.
4. Si te cruzas con un gato negro, te traerá mala suerte.
5. Cuando las ranas croan, es porque va a llover.
6. Si barres la casa el viernes de la Semana Santa, aparecerá una plaga de hormigas.
7. Cuando canta la tojosa, es porque alguien va a morir.
8. Si las gallinas cacarean en la noche es porque anuncian una mala noticia.
9. Recuerda que pisar «mierda» trae buena suerte.
10. Si se te rompe un espejo tendrás siete años de mala suerte.
11. Si vez un bizco temprano en la mañana, tendrás un día atravesado.
12. Si abres una sombrilla dentro de la casa, se muere el más viejo.
13. Si un balance se mece solo, se muere alguien en la casa.
14. Si te barren los pies, te casarás con un viejo.
15. Si se posa una tatagua en la casa es porque anuncia visita.
16. Si hablas cuando pelas los plátanos se te manchan las manos.

En otras épocas se recogieron leyendas, las anotaron de pasada, a la ligera, en conversaciones, pero se piensa que no es nada serio, ni firme, es un hecho real que el mito va desapareciendo.

La Luz de Yara, La Taconúa, Los Ñañigos etc son los que más se escuchan. Los jóvenes ya no conocen los mitos, a pocos yarenses les interesan ya. Estamos a tiempo para rescatar un poco de este raro aspecto de la fabulación cubana y la mitología.



Publicado: lunes 05 de julio del 2021.
Última modificación: martes 06 de julio del 2021.