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Agustín Arias Tornés

Autor(es):
José Pedro Salgado Hernández.
Paradigma del deporte yarense y cubano.

239.jpgEn la década de 1970 la inmensa mayoría de los aficionados, comenzaron a ver en los terrenos donde se construía el estadium "10 de octubre de Yara", al torpedero de manos prodigiosas Agustín Arias Tornés, natural de La Sal. Sus atrapadas relampagueantes en lo que en el béisbol se conoce como «el hueco», levantaba constantemente a las multitudes de aficionados, que se fueron convirtiendo en fanáticos, que lo seguían continuamente al considerarlo el mejor de Cuba, en esa posición.

Fue siempre defendido por su pueblo en forma acalorada, cuando su nombre no aparecía en la preselección del equipo Cuba. Incansable no dejaba de jugar en la base, un encuentro con los equipos de Jiguaní, Bayamo, Campechuela y Manzanillo, por solo citar algunos a partir de la década de 1980 abarrotaba las gradas sin techo, al que los comentaristas deportivos denominaron, "el estadium de las sombrillas multicolores". Un número considerable acudía para verlo fildear, correr y batear, todo lo hacía bien.

No todos podían verlo ante tantos espectadores, que desde horas tempranas cogían palco; entonces se retiraban para oírlo por la radio y en las casas gritaban poniéndose de pie, cuando escuchaban a largas distancias los gritos eufóricos de los grandes batazos o las jugadas, como se dice hoy en la televisión para guardar. No cabe dudas, fue un extra clase en la pelota cubana de su tiempo.

Por su talento, condiciones físicas y resultados alcanzados, se encuentra entre las primeras glorias deportivas que tuvo este municipio. Integró los equipos orientales, mineros y posteriormente el granmense, sin dejar de mencionar como es lógico, el equipo grande de Cuba. Defendió con honor su posición como deportista y como revolucionario, miembro de la delegación cubana que asistió, en el buque Cerro Pelado, al Campeonato Centro Americano y del Caribe celebrado en 1966, en San Juan Puerto Rico, cuando a su equipo le negaron las visas y trataron de amedrentarlo para que no acudieran.

En 1974 alcanzó la medalla de oro en el Campeonato Mundial de beisbol, que se desarrolló en Nicaragua. Un año después, en 1975, participó en el Campeonato Panamericano celebrado en México, donde alcanzó también la presea dorada. Tuvo además el honor de integrar la nómina del Cuba en tres campeonatos Centroamericanos. Una de las cualidades que lo hacían inigualable, para integrar el seleccionado de Cuba, fue su fuerza al bate, el espacio que cubría en el campo corto y su potencia en el brazo.

Después de su vida activa como deportista, dirigió el equipo de su municipio y estuvo en la dirección de equipos granmenses. Su trayectoria por el beisbol cubano, dejó una huella indeleble para su afición y aficionados que aunque transcurran los años siempre lo recuerdan. Tuvo grandes valores como la solidaridad, el desprendimiento, el espíritu de sacrificio y un patriotismo arraigado, en el que siempre sobresalió su identidad por su pueblo. 



Publicado: lunes 14 de junio del 2021.
Última modificación: lunes 14 de junio del 2021.