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El triunfo de la Revolución y su impacto en Yara

Autor(es):
Blanca Rosa Futiel O’Farrill.
José Pedro Salgado Hernández.
Osvaldo Parra Serrano.
Principales transformaciones económicas, políticas y sociales entre 1959 y 1961.

El avance victorioso del Ejército Rebelde a finales de 1958, a la vez que le permitía establecer el control de las zonas rurales, hizo posible que las fuerzas de la tiranía fueran perdiendo posiciones paulatinamente y concentrándose en los principales poblados del territorio. El 16 de diciembre de este mismo año fue liberado Estrada Palma y entre el 31 de diciembre y el 1ro de enero de 1959 las tropas acuarteladas en Yara y Veguita se retiraron a Manzanillo y Bayamo respectivamente, significando la culminación de más de medio siglo de explotación, crímenes y abusos de gobiernos tiránicos vendidos a los intereses imperialistas durante toda la República Neocolonial.

La derrota definitiva de la tiranía y el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959 trajo la alegría y el júbilo a millones de cubanos que por fin veían a la patria libre. El entusiasmo era tal que el pueblo desde los primeros momentos se lanzó a las calles gritando consignas de apoyo  a la Revolución, al Ejército Rebelde y a Fidel y al mismo tiempo pidiendo el castigo para los esbirros que habían tronchado la vida a cientos de cubanos. Al igual que en el resto del país, en este territorio el pueblo tomó los cuarteles junto a los soldados rebeldes y bajo la dirección de estos comenzó a organizar la vida económica, política y social en las nuevas condiciones. El Ejército Rebelde cohesionó al pueblo y garantizó el mantenimiento de las conquistas revolucionarias, desempeñando un papel determinante en la organización de la sociedad creando las bases para el establecimiento del gobierno en las localidades y para el desarrollo de la etapa democrático-popular, agraria y antiimperialista de la Revolución.

El Gobierno Revolucionario para organizar la sociedad estableció el 29 de enero de 1959 la ley 37 mediante la cual crea un gobierno municipal integrado por tres comisionados que además de ostentar la personalidad jurídica del municipio tenían las atribuciones y facultades que las leyes conferían hasta el triunfo de la Revolución a los alcaldes y concejales. Por Ley 106 del 27 de febrero de 1959 el gobierno municipal queda a cargo de un solo comisionado que asumía las funciones del alcalde y de la cámara municipal. A la par de esta ley, el 15 de marzo de 1959, fueron nombrados como subcomisionados de barrios: Amelia Puebla de Yara, Joel Paneque de Veguita, Pablo Ferriol Pacheco de Zarzal y Noelia López de Canabacoa. Algunos de estos subcomisionados eran miembros del Ejército Rebelde y del Movimiento 26 de Julio, que fueron aclamados por el pueblo como sus representantes.

Los subcomisionados constituían la representación estatal del gobierno en las localidades o barrios y dentro de sus funciones estaban: hacer llegar al pueblo las orientaciones emanadas de le dirección de la Revolución; atendían las reparaciones y construcción de viviendas; otorgaban solares a quienes lo necesitaban; se encargaban de las recaudaciones de fondos para fines sociales y militares (círculos infantiles, compra de armas y aviones; efectuaban el cobro de impuestos estatales; le brindaban atención a la educación y a la salud pública; se ocupaban de la organización y desarrollo de las fiestas populares; atendían el arreglo de calles y caminos y muchas otras tareas que surgieron al calor del proceso revolucionario.

Los comisionados municipales y los subcomisionados de barrios eran gobiernos provisionales elegidos por la dirección de la Revolución a los distintos niveles, sin embargo, constituyeron un paso importante para el establecimiento de la democracia, pues los seleccionados eran hombres y mujeres salidos del pueblo, que defendían los genuinos intereses de las grandes masas de obreros, campesinos y demás trabajadores. Eran verdaderos revolucionarios que se habían destacado en la lucha contra la tiranía por lo que se habían ganado la admiración, el respeto y el apoyo popular.

Esta forma provisional de gobierno popular de los municipios y de los barrios se mantuvo hasta el año 1961, pues era necesario, por el propio avance de la Revolución, por la complejidad de las tareas de gobierno y para fortalecer la democracia, buscar otra forma más avanzada. Surgen así, en la provincia de Oriente, las Juntas de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), en febrero de 1961. Rápidamente esta forma de gobierno se extendió por los municipios del país. En el municipio Manzanillo fue creada el 21 de abril de 1961.

En el territorio de Yara perteneciente al municipio de Manzanillo, se creó a mediados de 1961 y fue designado como presidente Nemesio Díaz Pérez (Tellito), mientras que en Veguita, barrio de Bayamo, fue elegido Joel Paneque, ambos compañeros de una trayectoria revolucionaria destacada que gozaban de la confianza y simpatía de las masas.

Las organizaciones políticas: ORI y AJR

Desde la guerra de liberación las principales fuerzas políticas que se encargaron de organizar y dirigir la lucha fueron: el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

Estas organizaciones desarrollaron el papel de fuerzas dirigentes de la sociedad cubana. En los primeros meses de la Revolución, en la medida que avanzaba la misma y las tareas se hacían más complejas, se revelaba con mayor fuerza la necesidad de crear un partido marxista-leninista único, capaz de aglutinar todas estas fuerzas para lograr, sin contradicciones, los objetivos propuestos. A mediados del año 1961 se inició el proceso de fusión de estas organizaciones surgiendo las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) sobre la plataforma del marxismo-leninismo.

En el territorio de Yara las ORI se forman con la integración  de los miembros del Movimiento 26 de Julio y del Partido Socialista Popular, no así con el Directorio Revolucionario 13 de Marzo por no existir esta organización en la localidad.

Las ORI organizaron y dirigieron la educación político-ideológica de las masas, enfrentaron junto al pueblo la lucha contra los enemigos, divulgaron las ideas de la Revolución, dirigían la vida económica del territorio y organizaron y dirigieron las organizaciones de masas.

A partir de 1961, al crearse los seccionales de las ORI, en Veguita fue dirigido por Luis Ángel Bertot Millán y en Yara por Diego Vázquez. Se formaron núcleos en granjas, cooperativas, y empresas industriales.

En oposición al espíritu unitario de Fidel y de las figuras más consecuentes de las demás fuerzas revolucionarias como la de Blas Roca, en el proceso de integración surgieron serias dificultades sectarias debido a las actividades de Aníbal Escalante, uno de los dirigentes del Partido Socialista Popular.

Este sectarismo se expresó en la tendencia a desconfiar de todo el que no tuviera una vieja militancia comunista y reeditó los errores sectarios que antes mostraron algunos combatientes del Movimiento 26 de Julio y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo contra los viejos comunistas y que fueron rechazados por Fidel. Pero ahora el sectarismo fue peor, pues sus concepciones y métodos estrechos de dirección conducían en la práctica a un alejamiento de las masas y de los principios del marxismo-leninismo. Hubo privilegios y extremismos por un lado y tolerancia por el otro, elementos de corrupción, de amiguismo y oportunismo. Se habían creado las ORI, pero las masas no estaban integradas, pues se había hecho el proceso sin contar con ellas, por lo que no se había logrado el engranaje que resulta vital para el partido proletario  de vanguardia. En Yara estas manifestaciones de sectarismo no repercutieron con la misma fuerza que en la Dirección Nacional, sin embargo en el territorio también se sufrió en cierta medida esta enfermedad al demostrar el rechazo a los que no tenían una vieja militancia.

La Asociación de Jóvenes Rebelde en Yara

A lo largo de las luchas del pueblo cubano por la independencia nacional, la juventud como fuerza esencialmente renovadora, ha tenido un papel de suma importancia por su participación numérica y por aportar líderes de primera magnitud, por lo que ha constituido en toda esta etapa un pilar de gran valor en el combate llevado a cabo por el pueblo.

A finales de 1959 se comenzaron a dar los primeros pasos para la creación de una organización juvenil que reunieron en sus filas a jóvenes desmovilizados del Ejército Rebelde y a los desempleados cuyas edades oscilarán entre 13 y 18 años.

También a fines de 1959 se inició en Yara un proceso de organización e incorporación de la juventud a las nuevas tareas planteadas por la Revolución. Por iniciativa del Partido Socialista Popular se creó la Juventud Campesina Unida de Guasimilla, agrupación que reunió a los jóvenes revolucionarios de la zona, que junto a las demás fuerzas revolucionarias participaron activamente en múltiples actividades, en las que se destacan: actos políticos de apoyo a la Revolución; la defensa, junto a los campesinos, de la unidad ante la labor divisionista y contrarrevolucionaria del traidor Manuel Artimes Buesa, que operaba en el territorio. Además realizaron guardias nocturnas para proteger las maquinarias y equipos agrícolas y efectuaron movilizaciones a la agricultura para salvar las cosechas.

El 28 de enero de 1960 el comandante Ernesto Che Guevara presentó oficialmente la organización juvenil nacional que adoptó el nombre de Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR).

En el territorio de Yara muchos fueron los jóvenes que se incorporaron a la AJR y de inmediato se iniciaron las actividades ya en esta organización. De sus filas salieron muchos jóvenes para formar parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, un gran número de ellos participaron en la campaña de alfabetización en 1961, en la lucha contra los enemigos del pueblo que hacían todo lo posible para desanimar y desorientar a los jóvenes con el fin de impedir su participación en el proceso revolucionario.

La constitución de la AJR en 1960 en el territorio de Yara tuvo entre sus actividades fundamentales, al igual que en el resto del país la preparación de estos jóvenes y para eso tenían que subir cinco veces el Pico Turquino, realizar otras actividades como acampadas y preparación militar. Otra tarea especial era la atención a las patrullas juveniles formadas por niños de 7 a 13 años con el objetivo de prepararlos en amor a la patria, la solidaridad humana y el trabajo, contribuyendo a desarrollar en ellos altos valores morales.

Hay que destacar que el ascenso de las cinco veces al pico Turquino, era una tarea extremadamente dura y difícil. Los jóvenes tenían que realizar caminatas de varios días por las montañas, ríos y empinadas lomas, entrenarse en condiciones complejas para lo que se necesitan esfuerzos y sacrificios personales, pues la mayoría de estos jóvenes no estaban acostumbrados a esta vida. Sin embargo, los Cinco Picos contribuyeron a fortalecer el carácter y educar a estos jóvenes en el espíritu de sacrificio, de compañerismo y de lealtad, fue una valiosa escuela en la formación de cuadros para que la Revolución siguiera avanzando.

Principales transformaciones económicas. La creación de la cooperativa «José Martí» el 5 de febrero de 1959

La transformación agraria constituye un importante paso de la Revolución democrático-popular. Dentro del desarrollo revolucionario en Cuba este proceso se había iniciado durante la guerra de liberación, al dictarse en la Sierra Maestra la Ley No 3 del 10 de octubre de 1958 que estableció el reparto, en las zonas liberadas, de las tierras del estado, de los servidores de la dictadura y de los geófagos. La aplicación de esta ley dio inicio al proceso de liberación de los campesinos de la explotación a que estaban sometidos, a través de la eliminación de los latifundios y la erradicación del subdesarrollo.

El día 4 de febrero de 1959 el Comandante en Jefe Fidel Castro estuvo en Yara Arriba donde citó personalmente para un acto que se desarrollaría en ese lugar al día siguiente a las 5:00 p.m. Cuando llegó el Comandante, lo estaban esperando 4 000 campesinos procedentes de Guasimilla, Zarzal, Madre Vieja, Jibacoa, Cayo Espino, Canabacoa, Guayabal de Nagua, Calambrosio, Estrada Palma, Los Cocos, Cabagán, Punta Isleña, Cruz de Sánchez, Yara Arriba, Vega Larga, La Marina, Jobosí, San Lucas y otros sitios. El líder habló desde una tribuna rústica para anunciar la creación de la primera cooperativa agrícola cubana, que llevaría el nombre de "José Martí".

Esta medida favoreció a 300 campesinos y funcionó en lo adelante bajo la administración general de Antonio Moreno, miembro del Movimiento 26 de Julio y persona de confianza de Fidel. La cooperativa "José Martí" fue creada en la antigua finca "Tres Ríos", propiedad del exsenador de la tiranía Guillermo Aguilera, que tenía una extensión de 180 caballerías dedicadas al cultivo del arroz.

En el acto de constitución estuvieron presentes junto a Fidel los oficiales del Ejército Rebelde Crescencio Pérez, Eduardo Sardiñas (Lalito), Juan Machado, Diógenes Villegas y Celia Sánchez. En los planes esbozados por Fidel se indicó el propósito de que se construyera una escuela, un campo deportivo, piscina, huerto y parque. En los propios planes de la cooperativa estaba la creación de la tienda del pueblo en la cual los asociados pudieran adquirir suministros para sus necesidades. Esta quedó establecida y su primer administrador fue Gonzalo Ortiz Chávez (Nenito). La cooperativa comenzó a funcionar el día 10 de febrero de 1959 y el día 25 del mismo mes recibió la inspección del Comandante, el que quedó satisfecho de la misma.

La fundación de la cooperativa "José Martí" en Yara Arriba constituyó la aplicación temprana de la Ley de Reforma Agraria que se promulgó meses después y que dio inicio al proceso de transformación de la gran propiedad latifundaria en propiedad estatal.

La primera Ley de Reforma Agraria

En Cuba se dio solución a este problema a partir del triunfo revolucionario y sobre todo con la aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria que se dictó el 17 de mayo de 1959 en La Plata, territorio de la Sierra Maestra.

Fue la medida más importante y radical de esta etapa y con ella se liquidó la gran propiedad latifundista, se entregó la propiedad de la tierra a los campesinos trabajadores en calidad de colonos, subcolonos, aparceros, arrendatarios, subarrendatarios y precaristas eran explotados por los grandes propietarios nacionales y extranjeros.

Esta ley en el artículo No. 1 proscribe el latifundio al establecer que el máximo de extensión que podía tener una persona natural o jurídica serían 30 caballerías y que las tierras de una persona natural o jurídica que exceda de ese límite serán expropiadas para su distribución entre los campesinos y obreros agrícolas. También plantea la creación de las cooperativas agrícolas de producción para la explotación de tierras del Estado.

Con la aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria en el territorio de Yara fueron afectados varios terratenientes, entre ellos: Luis Roca, Pedro Álvarez, Guillermo Aguilera, Ciro León, la familia Matos, la familia Kirch, Antonio Aguilera, Ángel Fonseca, José Muñiz, Antonio González, Mariano González, José Cubeñas, Teobaldo Rosell, Temístocle Ravelo, Santiago Ares y la familia Domínguez.

Esta medida revolucionaria benefició en el territorio a más de 2 000 campesinos y obreros agrícolas sin tierras, los que recibieron de forma gratuita la propiedad de la misma que trabajaban hasta un mínimo vital de 2 caballerías para una familia de 5 personas, eliminó las rentas que se veían obligados a pagar, liberando a los campesinos de todo tipo de explotación y amenazas de desalojo y a los obreros agrícolas de las largas jornadas laborales y el constante desempleo en el tiempo muerto.

La reforma agraria en Yara como en el resto del país, tuvo una gran importancia para el fortalecimiento de la alianza obrero-campesina  constituyendo un principio de la Revolución desde el comienzo de la lucha. Con la promulgación de la referida ley se dio solución en lo fundamental a uno de los seis problemas principales planteados por Fidel en La Historia me Absolverá; el problema de la tierra, miles de hombres a partir de esta conquista vieron sus sueños de tantos años hechos realidad.

Las asociaciones campesinas durante los años 1959-1961 en Yara

Al triunfo de la Revolución, se produjo en todo el país un fuerte movimiento de reorganización y constitución de asociaciones campesinas de nuevo tipo como premisa para la formación de una organización campesina única a nivel nacional.

La nueva estructura consistió en la formación de comités de vecinos que mantenían sus parcelas individuales, pero se asociaron para brindar apoyo a las medidas del gobierno revolucionario, efectuando labores políticas sociales y culturales, a su vez el gobierno aprovechó esta forma de organización para realizar el trabajo político e ideológico entre los grupos campesinos, que fue de gran relevancia en la integración del campesinado a las tareas revolucionarias en el campo.

El territorio de Yara no estuvo ajeno a este proceso y como resultado del mismo se crearon asociaciones en varios lugares como Guasimilla, Mateo Romás, Calambrosio, El Paraíso, Caonao, La Sal, Veguita, Paquito Rosales, Canabacoa y la Sierrita de Nagua.

Dentro de las primeras asociaciones campesinas en Yara se destacan por su importancia las siguientes:

  • -.La Agrícola Calambrosio, creada y dirigida por Librado Mejías en 1959 que abarcaba las zonas de Calambrosio, Antón Sánchez, La Angostura, Guasimilla y Mateo Romás. 

  • -.La Manuel Gamboa, cuyo presidente fue Eugenio Fernández Enamorado. En la constitución de la misma estuvo el dirigente del PSP de Manzanillo Juan Guillermo Rosales. 

A fines de 1960 se planteó la realización de la Primera Zafra del Pueblo, en la cual se negó a participar la Asociación de Colonos controlada por la burguesía. Ante esta situación, que evidenciaba las acciones contrarrevolucionarias, el gobierno dio la respuesta: "Es necesario que los pequeños agricultores en vez de ser cañeros, tabacaleros,  sean sencillamente agricultores y organicemos una gran Asociación Nacional de Agricultores Pequeños."(1)

Esta decisión surgió de la dirección de la Revolución con el objetivo de mantener la base de apoyo en el campo, de esta manera el 17 de mayo de 1961 surgía la ANAP, constituida como la única organización representativa de los productores agrícolas pequeños y medianos del país.

Las nacionalizaciones en el territorio

A partir del triunfo de la Revolución muchas de las grandes empresas privadas del país, lejos de asumir una conducta consecuente con los objetivos y metas de la transformación revolucionaria de la economía nacional, siguieron una política contraria a los intereses de la del proceso y del desarrollo económico, empleando en muchos casos los sabotajes a la producción. Para dar respuesta a estas prácticas de carácter antinacional, el gobierno revolucionario dictó el 13 de octubre de 1960 la Ley de Nacionalización.

En Yara no existían grandes empresas, supermercados ni almacenes, por ser una zona dedicada al cultivo de la caña, el arroz y en menor escala la ganadería.

Con la aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria se dio el golpe de gracia a los principales dueños del territorio que conjuntamente con las tierras se les confiscaron los medios de producción como el transporte agrícola.

El central Sofía, cuyo dueño era Teobaldo Rosell y Silveira, fue nacionalizado el 23 de octubre de 1960 a las 9:00 a.m. Se designó como administrador a Marcelino Pérez Carral, a tenor de la resolución 495 del 14 de octubre de 1960, dictada por la Administración General de Ingenios del INRA. Conjuntamente con la nacionalización del central se intervinieron todas sus propiedades: bienes, muebles, inmuebles, negocios y derechos pertenecientes a la entidad "Compañía Agrícola Yara S.A", así como todas las empresas subsidiarias vinculadas o afines con la misma.

El acta de nacionalización fue firmada por Guillermo López Villafaña, sargento del puesto de Veguita, Héctor Luis Dubrocá y Panigua, jefe de oficina, Manuel José Barrero Rondón, delegado del Ejército Rebelde en la aplicación de la Reforma Agraria, Leonardo Ocaña López, vicesecretario organizador, Marcelino Pérez, administrador y Mario Chacón Oduardo, empleado de oficina. Además se encontraba presente Roberto Castillo secretario del sindicato.

El 12 de noviembre de 1960 fue nacionalizado el central "Estrada Palma", propiedad de Manuel de los Ángeles  Arcas Campos, a tenor de la misma resolución. Fue designado como administrador Gabriel Roqueta, procedente del central Río Cauto.

En la firma del acto de nacionalización participaron Juan Abreu Salas, secretario del sindicato, Roberto del Monte, jefe de oficinas, Juan Muñiz, por la administración y una delegación del Ejército Rebelde. Conjuntamente con el central se intervinieron todas las propiedades de la "Estrada Palma Sugar Company S.A".

También fueron nacionalizados los molinos arroceros pertenecientes a Ramírez y León en Veguita, La Suprema Oriente S.A Yara y el molino perteneciente a Guillermo Aguilera en Yara Arriba. De esta forma los principales renglones económicos del territorio pasaron a control estatal: la industria azucarera, la producción arrocera y la ganadería. También fueron intervenidas seis grandes tiendas, una ferretería y una mueblería dentro del territorio.

 Otras transformaciones económicas

Al triunfo de la Revolución en 1959, en Cuba existía una completa dependencia del imperialismo norteamericano que controlaba las ramas fundamentales de la economía cubana y tenía más de 1000 millones de dólares invertidos en ella; una estructura económica predominantemente agrícola, donde esta rama que proporcionaba el 35% del ingreso nacional era sumamente atrasada, de carácter extensivo, donde predominaba el latifundio.

La economía era totalmente abierta, monoexportadora (el 80% de las exportaciones correspondían a la industria azucarera) con un mercado fundamental, el norteamericano, del que dependía el 60% de las exportaciones y del 75 al 80% de las importaciones.

El panorama del país exigía que la Revolución acabara con el neocolonialismo, quebrantara el poder de la oligarquía nacional, por lo tanto esta primera etapa de la Revolución tenía que tener un carácter democrático y popular y un contenido agrario y antiimperialista.

En el territorio de Yara esta situación económica no se diferenciaba del resto del país, por lo que al triunfar la Revolución comenzaron a aplicarse las medidas del gobierno revolucionario para dar solución a esta problemática. Con la reforma agraria fueron expropiadas las tierras en manos de la burguesía, las cuales fueron entregadas gratuitamente a los campesinos que las trabajaban y otras convertidas en cooperativa, iniciándose con esto la lucha para diversificar la agricultura del territorio. Se incrementaron las áreas de cultivo de arroz, viandas, hortalizas, cítricos, fresa, maní y algodón. Se inició la organización de la ganadería eliminando su carácter extensivo y concentrándose en zonas específicas. Estas nuevas transformaciones económicas, fundamentalmente en la agricultura, proporcionaron una importante fuente de empleos para muchos trabajadores de la localidad.

En la industria se produjeron cambios, el paso de los centrales Sofía y Estrada Palma a manos del estado, benefició a cientos de obreros que trabajaban tanto en la industria como en la agricultura cañera y otras dependencias afines. Sin embargo la producción azucarera disminuyó en los dos centrales en estos primeros años, a pesar del esfuerzo realizado, debido a la falta de personal calificado, ya que muchos técnicos abandonaron el país, la carencia de piezas de repuesto provocada por el bloqueo económico imperialista a partir de 1960 y la carencia de cuadros especializados en estas labores.

Obsérvese  la siguiente tabla que recoge la producción del central Sofía en estos años:

Año

Arrobas molidas

Sacos producidos

1959

11 579 682

150 699

1960

11 569 282

150 583

1961

10 311 912

127 811

Fuente: Oficina de administración central Ranulfo Leyva. Breve reseña histórica de la industria. Sofía.

Si comparamos la Segunda Zafra del Pueblo (1961), en el central Sofía, con la última zafra capitalista (1959), se observa una disminución de 32 888 sacos de azúcar producidos, lo que demuestra que los factores anteriores influyeron negativamente en la producción azucarera.

También como parte del programa de industrialización planteado a partir de 1961 se llevó la conversión del molino arrocero antigua Suprema Yara S.A, en una fábrica de conservas de frutas y vegetales, recibiendo las materias primas fundamentales de las producciones del territorio.

En la rama de comercio interior se inició un proceso de transformaciones en todo en el país al pasar los grandes almacenes y tiendas al control del estado y la apertura por este de tiendas del pueblo en varios lugares. Estas tiendas del pueblo beneficiaron a la población evitaron el acaparamiento de mercancías esenciales por comerciantes inescrupulosos o contrarios a la Revolución.

Las organizaciones de masas y sociales. Los Comités de Defensa de la Revolución 

El 28 de septiembre de 1960, frente al antiguo palacio presidencial el pueblo se congregó multitudinariamente para recibir y escuchar a su líder, que llegaba de la ONU. La contrarrevolución pagada por la CIA, se dio cita en el lugar con tres petardos en un vano intento de asustar al pueblo. Las masas enardecidas gritaron; ¡Paredón!, Fidel orientó: "[...] vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva [...] y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayos de los imperialistas, ni vendidos a los imperialistas, ni instrumentos de los imperialistas que puedan moverse".(2)

En el territorio yarense se crearon entre finales de 1960 y principio de 1961 siendo sus principales organizadores Arístides Rodríguez en Veguita, Gilberto Salas en Estrada Palma. En Yara al igual que en el resto del país se organizaron en cuadras, manzanas, cooperativas, barrios, etc.

Desde su fundación los CDR realizaron múltiples actividades encaminadas a fortalecer la Revolución, la vigilancia revolucionaria sería su principal objetivo, pero además realizaron trabajos voluntarios en la agricultura y una intensa labor en la educación político-ideológica de las masas para lograr la incorporación de todo el pueblo a la misma.

En 1961 los cederistas contribuyeron a la lucha contra los enemigos internos y en la liquidación de los mercenarios que penetraron por Playa Girón, entre estos hombres se encontraban los yarenses Manuel Peña, Fermín Martínez, Roberto Blanco Manso y Félix Gómez como miembros del Ejército Rebelde, el primero y de las milicias los otros, dieron su aporte a la defensa de las conquistas del pueblo trabajador.

La campaña de alfabetización fue otra gran proeza llevada a cabo por la Revolución en la que un número considerable de cederistas del territorio participaron como alfabetizadores, mientras que otros ofrecieron su hospitalidad y albergues en sus viviendas a los jóvenes

 La mujer cubana y yarense y su papel revolucionario

"Todo el que sepa algo de Historia -decía Marx- sabe que las grandes transformaciones sociales son imposibles sin el fermento femenino".(3)

Después del triunfo revolucionario, la mujer no fue un ente pasivo ante las grandiosas tareas que se iniciaron durante estos años. Desde los primeros momentos comprendieron que la Revolución era la vía idónea para acabar con las penalidades, los sufrimientos y la discriminación a que eran sometidas, por estas razones, se incorporaron a la lucha y al quehacer revolucionario, dejando sentir en cada tarea su necesidad ejemplar.

A partir del 1ro de enero de 1959 las mujeres yarenses, unidas bajo las gloriosas banderas del 26 de Julio y del Partido Socialista Popular cumplieron muchas tareas asignadas en momentos difíciles.

En 1959 se creó la Unidad Femenina en los territorios de Mateo Romás, Yara Arriba y Yara. A esta organización se incorporaron las mujeres sin distinción de afiliación política. En la dirección se encontraban mujeres revolucionarias dispuestas a trabajar y luchar por la Revolución. La tarea fundamental era el apoyo incondicional a la Revolución, materializándose en múltiples actividades como fueron trabajos voluntarios en la agricultura, en las construcciones, en recaudación de fondos, en la defensa de la patria, en recogida y repartición de juguetes para los niños.  Se caracteriza esta etapa de organización de la mujer por una inmensa lucha ideológica contra los enemigos del país y los esquemas machistas.

La fecunda actividad revolucionaria llevada a cabo por las mujeres del territorio tuvo su máxima expresión en las zonas de Veguita, Yara, Mateo Romás y Yara Arriba, donde se había logrado desde los primeros momentos una mayor identificación de las mujeres con las tareas planteadas. En el resto de las zonas esta vinculación se fue logrando paulatinamente a medida que avanzaba la Revolución y se comprendía mejor los objetivos de la misma.

El día 23 de agosto de 1960 se creó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) a nivel nacional y los municipios inmediatamente organizan y eligen a sus dirigentes entre las más abnegadas revolucionarias, durante el mes de diciembre y enero de 1961.

A partir de 1961 se crean tanto en Veguita como en Yara los Seccionales que abarcaron las zonas urbanas y rurales, formando así delegaciones por zonas con determinadas cantidad de miembros.

En veguita la primera presidenta de la FMC fue Ana María Bruzón (Apátrida) y como vicepresidenta Lesma Jorge Popa, quien fuera el alma de la FMC durante estos años en esta zona. En Yara su primera presidenta fue Enma Guzmán Pérez, en el territorio de Estrada Palma se destacaron Paula Pérez, Estela García, Rita García, etc. Estos dos barrios cabeceras dirigidos por Bayamo y Manzanillo respectivamente. Dentro de las tareas más importantes que se desarrollaron se destacan la captación de jóvenes para estudiar en la Escuela Nacional de Corte y Costura "Ana Betancourt", durante la campaña de la alfabetización muchas se incorporaron como alfabetizadoras y otras como alfabetizadas, cuando la invasión por Playa Girón recogieron dinero para los familiares de los movilizados, repartieron víveres y medicamentos, participaron en la recaudación de fondos para obras sociales y militares, participaron en movilizaciones para la recogida de algodón en Niquero, en las labores de la zafra del pueblo y apoyando el trabajo de los constructores de  la ciudad escolar Camilo Cienfuegos.

La unidad del pueblo en la defensa de la patria. Las milicias 

La necesidad de la defensa de la patria frente a las agresiones y ataques enemigos para liquidar a la Revolución condujo a que desde los meses iniciales del triunfo se fueran creando comités militares en fábricas, talleres y otros centros de trabajos urbanos y rurales.

En Yara se crearon las Milicias que eran las encargadas de la custodia de los objetivos económicos y la vigilancia nocturna de los poblados conjuntamente con las pequeñas guarniciones del Ejército Rebelde que habían quedado en cada lugar. Estas milicias no tenían una formación específica, eran grupos de apoyo a los combatientes del Ejército Rebelde. Las Milicias se formaron en casi todos los barrios del territorio, inicialmente con grupos muy pequeños que fueron creciendo poco a poco. En la localidad los principales objetivos económicos custodiados fueron los molinos arroceros de Veguita, Yara y Yara Arriba, los centrales Sofía y Estrada Palma, los cañaverales, las arroceras, las Unidades Estatales de Comercio, la maquinaria agrícola de los bateyes. En esta tarea de vigilancia y protección llevada a cabo por los obreros y campesinos, incluyendo a los jóvenes y mujeres, las armas utilizadas fueron machetes, piedras, palos, revólveres, escopetas. A pesar del pobre armamento utilizado estos grupos supieron cumplir con valor y responsabilidad las tareas asignadas por la Revolución.

El 26 de octubre de 1959 se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) en grandiosa concentración celebrada en La Habana, donde tomaron parte medio millón de cubanos que expresaron su apoyo al gobierno revolucionario y donde Fidel expresó: "Pelearemos contra los que osen tratar de destruir la Revolución y haremos el juramento de pueblo, de ustedes y nosotros, que o triunfa Cuba o moriremos todos".(4)

En el mes de diciembre de 1959 se crean las MNR en Yara y Veguita ambas en las antiguas caballerizas de los cuarteles, mientras que Estrada Palma se formaron en el local del Sindicato Obrero Azucarero. Los organizadores fueron en Yara Brandigilio Arias Fonseca, en Veguita Hugo Otero y en Estrada Palma Arcadio Verdecia y Juan Abreu Salas. La preparación militar de estas milicias, inicialmente, estuvieron a cargo de los miembros del Ejército Rebelde destacados en cada localidad que se encargaban de impartir clases de infantería, el manejo del armamento y preparación política. Durante esta etapa las actividades fundamentales desarrolladas por las milicias fueron productivas y de defensa; dentro de ellas  se destacan la salvación de cosechas de arroz, las Zafras del Pueblo y la restauración de cafetales en Yateras. Paralelamente a estas actividades productivas se desarrollaron tareas de la defensa en el combate frontal contra los enemigos del pueblo. A fines de 1960 fueron creados los batallones de combate 75 de Veguita y 94 de Yara, cumpliendo  importantes tareas para la defensa del país, como fueron: en enero de 1961, ante el peligro que amenazaba a Cuba de una agresión imperialista, fueron movilizados para Palma Soriano, en abril de ese mismo año a raíz de la invasión a Playa Girón estuvieron atrincherados en Chivirico. Durante la Batalla de Playa Girón 4 combatientes del municipio participaron en los combates contra los mercenarios al servicio del imperialismo, Félix Gómez, Manuel Peña Romero, Fermín Martínez Remón y Roberto Blanco Manso.

Sin lugar a dudas, los batallones 75 y 94 de las milicias se convirtieron en importantes fuerzas que contribuyeron al desarrollo económico del territorio, fundamentalmente en las labores de las zafras azucareras y la agricultura en general, así como la toma de conciencia política de las masas, dado el trabajo ideológico emprendido en esos años.

Papel de las distintas clases y sectores sociales en los primeros años de la revolución

Desde los momentos iniciales de la Revolución Cubana se comenzó un proceso de transformaciones mediante la aplicación de medidas con un carácter democrático-popular, agrario y antiimperialista que afectaron los intereses de los monopolios extranjeros y la burguesía nacional, beneficiando a las amplias masas de trabajadores del pueblo.

La Ley de Reforma Agraria, las nacionalizaciones, la Reforma Urbana,  fueron golpes demoledores para la burguesía nacional y extranjera que inmediatamente iniciaron un conjunto de acciones encaminadas a destruir la Revolución para restablecer su poder.

Los burgueses al igual que en el resto del país, dieron muestra de oposición a la Revolución en esta área geográfica, nucleándose alrededor de algunos elementos que habían participado activamente en la guerra y que ahora manifestaban su oposición abierta al camino seguido por la misma. Esta clase aspiraba a poner en el gobierno local al pastor Saturnino Matos, seguidor de las ideas de la burguesía pueblerina, pero la acción decidida de la localidad impidió tales pretensiones. Ellos estimulaban las campañas difamatorias de los enemigos de la Revolución que trataban de desestabilizarla creando la confusión entre las masas. Otro ejemplo que demuestra la reacción de esta clase lo constituye la orden dada por el entonces comandante Hubert Matos a los trabajadores que durante el día 8 de octubre de 1959 laboraban una hora de trabajo voluntario en saludo al 91 aniversario del inicio de las guerras independentistas, a los que les planteó que no trabajaran y que si eran requeridos que dijeran que el comandante Matos lo había ordenado.

La noticia de la detención del traidor Hubert Matos provocó en Yara que sus familiares y seguidores se manifestaran abiertamente contra la justicia revolucionaria a través de expresiones de ofensa a la Revolución, manifestaciones y mítines que perseguían ganar el apoyo popular.

La clase obrera que sufrió en su propia sangre la cruel explotación capitalista, constituyó la vanguardia de la lucha en este territorio. Ellos recibieron con agrado a la Revolución y se hicieron partícipe activo de la construcción de la nueva sociedad. Cientos de ellos, fundamentalmente los agrícolas que eran la mayoría, fueron beneficiados por las medidas revolucionarias y se convirtieron en la principal fuerza motriz del desarrollo económico y social. De la misma forma, posteriormente los obreros industriales desempeñaron un papel importante en la búsqueda de soluciones para enfrentar los efectos del bloqueo económico imperialista y continuar la marcha indetenible del proceso revolucionario.

En 1959 ante el intento de la oposición de impedir la toma de posesión de Amelia Puebla como subcomisionada de Yara, la clase obrera junto al resto del pueblo realizaron importantes manifestaciones de apoyo a esta luchadora que era proclamada por las masas como su legítima representante y actos públicos efectuados en marzo de este año determinaron a gritos que: "Amelia toma el poder o no hay fiesta de San José". La firme actitud de las masas hizo abortar la intentona reaccionaria de la oposición local.

Las masas, encabezadas por el proletariado, paralelamente a las manifestaciones reaccionarias, realizaron grandes demostraciones de rechazo a los enemigos de la Revolución y de apoyo a Fidel y al gobierno revolucionario, a través de actos mítines y marchas.

Desde los primeros momentos los campesinos se organizaron en asociaciones campesinas para fortalecer la obra de la Revolución. La aplicación de la reforma agraria favoreció a más de 2 000 campesinos del territorio, desempeñando una destacada labor en la diversificación de la agricultura de la localidad, contribuyendo al desarrollo económico.

Otro sector que participó activamente en las tareas revolucionarias fue el de los intelectuales, destacándose entre ellos los maestros, que eran la mayoría. Muchos marcharon voluntariamente a las montañas y otras zonas a llevar la luz de la enseñanza, desafiando las amenazas y las difíciles condiciones de vida en esos lugares. Participaron en estas tareas entre otros: Inés María Estrada, Juana Hérriman, Saramís Gutiérrez, Elvira Rosabal, Arnaldo Pérez, Alicia Borrás, Merlín Sánchez, Leida Reselló, Manuela Álvarez, Jesús Santana, Alicia García, Gladis Torres y Daisi Lago. Estos maestros constituyen un ejemplo vivo de abnegación, sacrificio y tenacidad para las nuevas generaciones de educadores que siempre tendrán en ellos una fuente de inspiración revolucionaria. Ellos fueron los principales activistas políticos de la Revolución en estos primeros años, además de enseñar y educar contribuyeron a divulgar los objetivos y tareas del gobierno revolucionario.

La obra social de la revolución durante los años 1959-1961

En el transcurso de la Revolución Cubana, con la adopción de diferentes medidas, se fueron eliminando los principales males heredados del  capitalismo, tal y como lo denunció Fidel en La Historia me Absolverá.

Aparejado al proceso de transformaciones económicas emprendido por la Revolución desde los primeros momentos del triunfo, se llevó a cabo un amplio programa encaminado a lograr importantes cambios sociales en todo el país.

En el territorio de Yara, en el campo de la salud, antes del triunfo de la Revolución, las condiciones higiénico-sanitarias eran muy malas. La asistencia médica antes de 1959 era muy escasa, los pocos médicos que existían se encontraban en los poblados mayores, Yara, Veguita y Estrada Palma.

Estos médicos ejercían sus funciones de forma privada, muchas personas no podían recibir atención por falta de recursos para pagar los servicios, por lo que se veían obligados a acudir a las hierbas medicinales y a los curanderos de barrios. Era frecuente observar a los niños parasitados, con enfermedades diarreicas, sarampión, que muchas veces eran fatales.

Muchos habitantes de estas localidades tenían que acudir, para recibir atención, a Manzanillo y a Bayamo donde existían mejores condiciones, aunque no pasaran de unos pocos consultorios privados y hospitales.

Con el triunfo de la Revolución la situación de la atención a la salud del pueblo cambió al  declararse la asistencia médica gratuita y rebajarse el precio de las medicinas. Se inició la creación de nuevos centros hospitalarios y la aplicación de amplias campañas de vacunación, contra diferentes enfermedades.

En la educación la Revolución realizó grandes esfuerzos para eliminar el analfabetismo que existía y a la vez brindar a todos los niños y jóvenes la posibilidad de instruirse y educarse. De esta forma comenzaron a hacerse escuelas en las ciudades y en el campo, a convertirse  los cuarteles en centros de estudios como fueron el de Veguita donde se fundó la secundaria básica "Arnoldo Matos Lago", en Yara la primaria "Camilo Cienfuegos Gorriarán" y en Estrada Palma la escuela primaria "Andrés Voisin", a su vez se crearon nuevas escuelas y aulas en muchos lugares del territorio. Con estas nuevas escuelas se le dio empleo a muchos maestros que no tenían plazas fijas o que no tenían ninguna. Varios jóvenes de la localidad que tenían un nivel de 6to grado o más se convirtieron en maestros voluntarios que marcharon a distintas partes a cumplir la hermosa tarea de enseñar.

La tarea educacional más grandiosa y de vital importancia para crear las bases de la nueva sociedad lo constituyó la Campaña de Alfabetización de 1961. Miles de jóvenes marcharon a llevar la luz de la enseñanza de forma masiva a todo el territorio hasta los lugares más intrincados. Cientos de ciudadanos tuvieron el honor de escribir al final de la campaña la carta a Fidel "Ya sé leer y escribir".

Otras medidas tomadas por la Revolución que repercutieron favorablemente en el territorio de Yara fueron:

  • -.La reintegración a sus puestos de trabajo de los obreros despedidos durante la tiranía. 

  • -.La rebaja del 50% de los alquileres que pagaba el pueblo. 

  • -.Se inició un amplio plan de obras públicas y de viviendas, como los poblados de Mateo Romás, José Martí, Cayo Redondo, Paquito Rosales y Los Cayos. Además de las que se construyeron dentro de las zonas urbanas de Yara, Veguita y Estrada Palma. 

  • -.Se suprimió el juego ilícito, el contrabando y la prostitución. 

  • -.En el sector de la cultura inició un movimiento de aficionados en teatro, cine, que haría más amena la vida.

Referencias bibliográficas

1.-Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en la constitución de la ANAP el 17 de mayo de 1961. Revolución agraria y cooperativismo en Cuba. Editorial Ciencias Sociales,  La Habana, 1989, p.90.
2.-Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en el acto de constitución de los CDR el 28 de septiembre de 1960. Discursos de Fidel en aniversarios y eventos de los CDR. Editorial Orbe, La Habana, 1977, p.17.
3.-Marx, Carlos. Carta a Ludwig Kugelman 12 de diciembre de 1968. Material de Estudio Escuelas Municipales del PCC. La Habana, agosto 1990. Tema V, p.26.
4.-Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en el acto de constitución de las Milicias Nacionales Revolucionarias el 26 de octubre de 1959. Cuba, el camino de la Revolución. Editorial Progreso, Moscú, 1984, p.200.



Publicado: jueves 20 de mayo del 2021.
Última modificación: miércoles 26 de mayo del 2021.