INICIO - HISTORIA - Período colonial

La guerra de 1895 y el fin de la dominación española en Cuba.

Autor(es):
Blanca Rosa Futiel O’Farrill.
José Pedro Salgado Hernández.
Osvaldo Parra Serrano.
Los últimos cinco años del siglo XIX.

En los primeros días de febrero de 1895 Juan Gualberto Gómez recibió la orden cursada por José Martí donde se autoriza el alzamiento simultáneo, o con la mayor simultaneidad posible, de las regiones comprometidas. La fecha se escogió teniendo en cuenta que era el último domingo del mes y que era día de carnaval.

El 22 de febrero de 1895, en Manzanillo es recibida la confirmación del levantamiento para el domingo 24. Masó celebró un consejillo con sus compañeros y resolvió que Amador Guerra y con él Enrique Céspedes el 24 desde Calicito recorrieron aquellos ingenios, recogiendo bajo el grito de independencia todas las armas y municiones que hubieran. A Gaspar Perea que se dirigiese a Yara a recoger la gente armada con que allí se encontraba, que avisara a Juan Masó Parra para que se incorporara y que posteriormente Perea se uniera a las fuerzas de Amador Guerra. Al calor de la brega combativa, el 24 de febrero, habían hombres en pie de guerra en casi todos los poblados del término de Manzanillo. Así en su finca Santo Tomás, localizada en el barrio de Yara, se levantó el coronel Juan Masó Parra con un grupo de 80 hombres, unos armados y otros sin armas quien penetró en el pueblo, hizo acopio de armas y arreos y después de recoger varios puntos de la región estableció su campamento en Sabana de Loma. El 28 de febrero las fuerzas de Esteban Tamayo entran a Veguita y se apoderan de una gran cantidad de armas que se encontraban depositadas allí y que de un momento a otro serían trasladadas a Bayamo o a Manzanillo. En esta operación participan alrededor de 300 mambises. La misma fue un éxito pues sin necesidad de hacer un disparo aumentaron su material de guerra en 150 fusiles Remington y diez mil proyectiles. Además se unieron 100 cubanos al Ejército Libertador.

En esta nueva etapa de lucha el Ejército Español intentó mantener el mismo plan estratégico de la guerra del 68, concentrando grandes contingentes de tropa en las jurisdicciones de Bayamo y Manzanillo, teatro de operaciones del segundo cuerpo del Ejército Mambí.

Las fuerzas mambisas en esta ocasión no le permitieron  a los peninsulares poner en práctica su estrategia, tomando la iniciativa desde inicio de la guerra a través de la realización de operaciones militares en distintos territorios, obligando así al ejército colonialista a dividir sus fuerzas. La Campaña de Oriente, dirigida por Antonio Maceo a partir del 5 de mayo de 1895 y la Circular, ejecutada por Máximo Gómez en tierra camagüeyana a partir del 5 de julio del mismo año, fueron las dos operaciones básicas que posibilitaron la concentración, formación y avance del ejército invasor oriental que se preparaba para llevar la guerra hasta el occidente del país.

A raíz del inicio de la Campaña de Oriente el Ejército Libertador había sufrido un duro revés. El 19 de mayo de 1895 caía en combate la principal figura de la revolución, José Martí quien había llegado a Dos Ríos con la finalidad de contactar con unos de los jefes del departamento oriental que se había levantado el 24 de febrero, el yarense Bartolomé Masó. A este último lo acompañaron también yarenses como el teniente coronel Rafael Terrero Matos y Amador Guerra Monzón, quien se destacó con la gente de Yara y Manzanillo al acuchillar al primer retén español en esa acción combativa.

Este duro golpe no significó la pérdida de la Revolución ni el fracaso de los empeños de los cubanos en su lucha por la independencia. Un ejemplo de esto lo constituyó el combate de Cayo Redondo en las cercanías de Yara, escenificado el 1ro de julio de 1895 entre las fuerzas de Amador Guerra (El León de Guá) y las guerrillas manzanilleros dirigidas por el capitán Boera. En esta acción fue destrozada la guerrilla española que huyó a la desbandada. Las fuerzas mambisas tuvieron una dura pérdida en los últimos momentos del combate al ser herido mortalmente el León de Gua, por uno de los guerrilleros ocultos en la manigua. Antonio Maceo desconociendo lo sucedido en Cayo Redondo le escribe desde el cuartel general en campaña a Amador Guerra Monzón:

Cuartel General en campaña.

Sr. Teniente Coronel Amador Guerra.

Tengo el gusto de poner en su conocimiento que parta para Nagua donde le encargo se halle a mi llegada con todas sus fuerzas. Caso de no serle posible salirme al encuentro espéreme en el punto indicado.

Al Mayor General Masó le he comunicado la orden que con esta fecha doy a usted.

Soy con toda consideración en patria y libertad. (1)

Antonio Maceo

Julio 7 de 1895.

A pesar de las campañas y acciones militares llevadas a cabo por Maceo en distintos territorios de Oriente y Camagüey, el mando español persiste en mantener su plan estratégico. Por eso hace su llegada por Manzanillo, a bordo del vapor Villaverde el 11 de julio, el Capitán General Arsenio Martínez-Campos Antón, quien a altas horas de la noche se reunió para preparar una expedición militar que tenía como propósito dirigirse a Bayamo. La misma quedó integrada por destacadas figuras militares, como el General de Brigada Fidel Alonso Santocilde, el Coronel Federico Escario, el Teniente Coronel Vaquero, el Teniente Coronel San Martín, el Capitán de Guerrilla Travesí y el tristemente célebre bandolero, y jefe de guerrilla Lolo Benítez, quien había sido sacado de las cárceles españolas por Martínez Campos.

El 12 de julio la columna española llega a Veguita pernocta en este poblado, se fortalece con otras fuerzas hasta reunir 1500 efectivos. Para desinformar al Ejército Libertador el enemigo hizo circular el rumor de que las fuerzas concentradas en Veguita atacarían las prefecturas militares de producción establecidas por el Coronel Joaquín Estrada, en la zona de Buey de Gallego.

Maceo que desde el día 12 de junio había reunido sus tropas en Vega de Yao, inmediatamente trazó un plan de acción que demuestra lo singular de su pensamiento y práctica militar. Como principal objetivo decidió asaltar el convoy procedente de Manzanillo y aun conociendo que la probable acción de Buey de Gallego era una desinformación, ordenó a Bartolomé Masó darle protección ante la posible variante de que finalmente el enemigo determinara dividir sus fuerzas.

En la madrugada del 13 de julio las fuerzas españolas partieron hacia Bayamo, encontrándose con las tropas de Maceo en la sabana de Peralejo donde sostuvieron un encarnizado combate y muere aquí el general de brigada español Santocilde, logrando las fuerzas cubanas una gran victoria. De esta forma crece el prestigio de las fuerzas mambisas que se preparaban para un empeño mayor.

Maceo ante esta situación decide partir de Mangos de Baraguá el 22 de octubre de 1895 con 10053 hombres, encontrándose ausentes los 1000 que había solicitado al segundo cuerpo, de los cuales a mediados de noviembre se incorporaron 280 en territorio camagüeyano.

Mientras tanto en oriente, al cambiar el escenario de la guerra, hay una relativa tranquilidad pues continuaba este territorio con numerosas fuerzas tanto mambisas como española que en determinados momentos tuvieron sus enfrentamientos y un ejemplo de ello lo constituye el combate del Zarzal del 26 de febrero de 1896, donde muere el connotado bandolero y jefe de guerrilla Lolo Benítez.

Fin de la contienda armada

El 22 de enero de 1896 se cumplió el plan estratégico de las fuerzas mambisas de llevar la guerra hasta la parte más occidental de la isla, rompiendo el plan concebido por los españoles de mantener la guerra en la parte oriental. La marcha victoriosa del Ejército Invasor demostró la incapacidad de España de continuar la guerra. No era posible para los peninsulares mantener un ejército a lo largo de toda la isla, combatiendo a un ejército que había logrado una gran experiencia en el campo militar..

A partir de este momento el presidente de los EE.UU, Mc Kinley, comenzó a presionar a España para que retirara de Cuba las fuerzas militares y navales, apoyado en la Resolución Conjunta. Estas condiciones no fueron aceptadas por España y el 21 de abril de 1898 EE.UU declara formalmente la guerra a España. Un día después se inicia el bloqueo a los principales puertos cubanos para evitar el abastecimiento del exterior. Desde finales de abril hasta julio se llevan a cabo los bombardeos a los puertos de Matanzas, Cárdenas, Baracoa, Manzanillo y Santa Cruz de Sur, sin justificación militar ninguna, puesto que en ello no había concentraciones de fuerzas enemigas, el único propósito era atemorizar a la población indefensa y llevar la destrucción y al muerte a los hogares cubanos.

Ante el asedio de las tropas cubanas y norteamericanas a Santiago de Cuba el mando español solicita la presencia de las fuerzas acantonadas en Manzanillo, las que salen el 22 de junio bajo las órdenes del coronel Federico Escario, con 3700 hombres. Hizo noche en Palmas Altas y el 23 evadiendo las fuerzas mambisas recibe el fuego de estos en las sabanas de Don Pedro, cerca de Yara. En el trayecto hacia Santiago son atacados más de 30 veces por las fuerzas mambisas, llegan a Santiago el 3 de julio con 3500 hombres, es decir, perdió 200 en el camino.

Por la capitulación de Santiago de Cuba, España pidió la paz, y el 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, acuerdo de paz entre España y EE.UU en el que no se tuvo en cuenta los intereses cubanos.

La situación socio-económica al concluir la guerra era deprimente, la aplicación de la tea, al política de reconcentración, las epidemias, las enfermedades, el hambre y la muerte reinaban por doquier. Era difícil encontrar un animal de trabajo o de cría y un campo cultivado. La producción agraria descendió considerablemente como se puede apreciar en el cuadro siguiente:

Año

T. Azúcar

QQ. Tabaco

Cb. Ganado

1894

1 054 214

560 000

3 000 000

1898

305 543

88 000

300 000

Fuente: Historia de Cuba 9no Grado, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, p.189.

El comercio y los negocios se paralizaron, las pocas industrias manufactureras estaban cerradas y también se había afectado el transporte pues la guerra destruyó gran número de puentes y los caminos estaban intransitables.

Esta misma situación se manifiesta en Yara, partiendo de que para esta fecha prevalece la población rural, la cual se había incorporado casi masivamente a la guerra, abandonando sus animales y cultivos por lo que la pobreza se agudizó. Muchos hombres no regresaron, bien porque murieron o se quedaron en el occidente.

Referencias bibliográficas

1.-Archivo Nacional de Cuba. Fondo Donativos y Remisiones. Legajo 258, No. 55.



Publicado: miércoles 19 de mayo del 2021.
Última modificación: miércoles 19 de mayo del 2021.